La democratización de la tecnología y de la inteligencia artificial en particular han abierto un amplio abanico de posibilidades para muchos sectores, y se prevé que siga teniendo un alto impacto en nuestro día a día, facilitando y agilizando infinidad de tareas. Sin embargo, esto también tiene un lado oscuro: la IA está siendo una pieza clave en la proliferación de nuevos tipos de fraude más sofisticados, con deepfakes de vídeo o de voz que imitan a la perfección a personas reales.
Pero no todo es nuevo. Las nuevas tecnologías también se están utilizando para perfeccionar tipos de fraude ya existentes, como el fraude documental, especialmente en lo que respecta a documentos de identidad. La falsificación de documentos, identificativos o no, ya se llevaba a cabo en la Edad Media, donde se requería de una gran pericia artística para imitar la escritura, la firma y otros elementos como sellos o lacrados. Hoy, la tecnología ha facilitado las falsificaciones hasta tal punto que no solo son indistinguibles a simple vista, sino que se elaboran documentos falsos con una facilidad y rapidez escalofriantes.
El fraude online, al alcance de todos
Sin necesidad de Photoshop, en pocos minutos y por menos de 15 €. Falsificar un DNI hoy en día está al alcance de prácticamente cualquier persona. Es el caso de Only Fake, una web clandestina que genera fotografías de aspecto realista capaces de adaptarse a los documentos identificativos oficiales, y que ha llegado a generar hasta 20.000 documentos falsos al día. El principal problema de este tipo de plataformas es que logran, en solo unos minutos y de forma masiva, unas falsificaciones que hechas a mano conllevarían muchísimo tiempo y trabajo, poniéndolas además al alcance de casi cualquier persona.
Y no acaba aquí. Estos DNI, pasaportes o permisos de conducir falsificados se utilizan para suplantar la identidad de personas reales, abrir cuentas y realizar estafas de carácter económico, o incluso para blanquear dinero. De hecho, el fraude por suplantación de identidad es uno de los más habituales en internet, especialmente en el sector bancario.
¿Cómo podemos combatir este sofisticado fraude documental?
Viendo lo fácil y económico que es falsificar un DNI o cualquier otro documento con inteligencia artificial, parece que combatir este problema es como intentar ponerle puertas al mar. Pero nada más lejos de la realidad. Como explica Marc Sabadí, Identity Innovation Lead en Mitek, «la "democratización" de la IA pone en alerta a las empresas que aún no cuentan con soluciones robustas para frenar esta avalancha. La buena noticia es que existe tecnología para detenerla».
Por ejemplo, utilizar la prueba de vida en la comprobación de documentos. Los sistemas que piden simplemente subir una fotografía ya realizada están obsoletos y son víctimas fáciles del fraude documental. En cambio, si añadimos una prueba de vida a un selfie tomado al momento, las tecnologías biométricas avanzadas nos permiten detectar si es una persona real o una imagen o vídeo ficticios realizados con inteligencia artificial.
Descargar informe sobre tecnologías biométriacas avanzadas
Marc Sabadí, Identity Innovation Lead en Mitek
Porque, contrariamente a lo que todavía creen muchas personas, la biometría no puede falsificarse fácilmente, ni los datos biométricos se pueden robar y utilizar para suplantar nuestra identidad. La autenticación biométrica actual incluye medidas de seguridad avanzadas que protegen contra los deep fakes, y los algoritmos de coincidencia mejorados hacen mucho más difícil falsificar los escaneos biométricos.
Caso aparte es la cesión voluntaria de nuestros datos biométricos, como está sucediendo con la "venta" de la biometría del iris a cambio de criptomonedas o con las apps que crean imágenes con inteligencia artificial. Debemos empezar a tratar nuestros datos biométricos con la misma cautela con la que proporcionamos nuestro número de cuenta bancaria o de DNI.
Por suerte, las tecnologías más avanzadas de verificación de la identidad y de autenticación de documentos combinan diferentes técnicas y aplican varias capas de seguridad, como la prueba de vida y algoritmos basados en IA y machine learning, que garantizan que la persona que está intentando acceder a los servicios es realmente quien dice ser.
La tecnología antifraude también avanza