La seguridad digital es una preocupación creciente no solo entre empresas y profesionales del sector, sino entre el público en general. Buscamos cada vez más proteger nuestra información personal y profesional. De hecho, en España el 42% de personas se ha marcado como propósito mejorar su seguridad digital en el 2024, introduciendo cambios significativos en sus hábitos digitales, como utilizar contraseñas más seguras.
Pero, como hemos comentado en otras ocasiones, las contraseñas, por más complejas que sean, no son la mejor opción: con la herramienta adecuada se pueden descifrar en menos de un minuto las más sencillas, y en menos de un mes las más complejas. Además, no son nada prácticas: ¿quién no tiene que pulsar de vez en cuando en "he olvidado mi contraseña"? Tengamos en cuenta que un usuario debe recordar una media de 100 contraseñas para sus cuentas digitales, lo que resulta imposible para cualquiera.
En este contexto, la biometría ha emergido como una tecnología altamente efectiva para proteger los accesos, y de fácil uso para los usuarios. Pero, ¿qué es exactamente la biometría y por qué es considerada más segura que otros métodos tradicionales como las contraseñas?
¿Qué es la biometría?
Por ejemplo:
- Huellas dactilares
- Reconocimiento facial
- Escaneo de iris
- Reconocimiento de voz
- Geometría de la mano
- Patrones de venas
- Biometría del comportamiento
Cada una de estas características es única para cada individuo, lo que hace a la biometría una herramienta muy efectiva para la identificación y autenticación.
¿Cómo funciona la biometría?
El proceso de autenticación biométrica es en general muy fácil y accesible para los usuarios, porque además cada empresa puede personalizar el proceso en función del nivel de riesgo de la operación o de la sensibilidad de la información a la que quiere acceder la persona. Los pasos más habituales son:
- Captura de la muestra biométrica: se toma una muestra biométrica del usuario (como una huella dactilar o una imagen facial).
- Extracción de características: se procesan y extraen características específicas de la muestra capturada. Esta información se guarda en forma de patrón y desagrupada, por lo que no se puede "robar" y utilizar.
- Comparación: las características extraídas se comparan con una base de datos almacenada de plantillas biométricas.
- Validación: si las características coinciden con una plantilla en la base de datos, se concede el acceso.
¿Por qué es más segura que las contraseñas?
A nivel tecnológico, está demostrado que la biometría es una alternativa mucho más segura que las contraseñas para gestionar nuestros accesos digitales. ¿Por qué?
- Las características biométricas son extremadamente difíciles de replicar. Mientras que las contraseñas pueden ser robadas, "adivinadas" o hackeadas, una huella dactilar o un escaneo de iris son mucho más complicados de falsificar. Incluso con técnicas de deepfake, que reproducen a la perfección los rostros de personas reales, existen tecnologías que pueden detectar el fraude.
- Es un sistema mucho más sencillo de utilizar. Los usuarios no necesitan recordar múltiples contraseñas o preocuparse por cambiarlas regularmente. Así se evitan también malas prácticas como anotar las credenciales en un papel o un Excel, que pueden ser fácilmente sustraídos o perdidos, o poner las más fáciles de recordar —y por lo tanto de adivinar—, como el nombre de nuestra mascota o el cumpleaños de un ser querido.
- Las transacciones son más seguras. En aplicaciones como la banca online, la biometría añade una capa adicional de seguridad, garantizando que únicamente la persona autorizada puede acceder a sus cuentas o realizar transacciones.
¿La biometría no tiene ningún riesgo?
Como cualquier tecnología, no todo es un camino de rosas. La biometría también plantea una serie de desafíos y riesgos que hay que tener en cuenta.
Para empezar, el uso de datos biométricos plantea preocupaciones sobre la privacidad. Para lograr romper esta barrera a la confianza, es esencial que las organizaciones manejen estos datos con extremo cuidado, asegurando su protección contra el acceso no autorizado, y comuniquen de forma clara y transparente de los mismos. Afortunadamente se ha avanzado mucho en este sentido, con regulaciones como el eIDAS2 y la GDPR, que garantizan un marco de actuación más homogéneo respecto a la seguridad de los datos.
Otro aspecto que suele preocupar es que los datos biométricos se puedan robar. Aunque es difícil falsificar características biométricas, no es imposible su robo. Un ejemplo es el uso de huellas dactilares en superficies, que podrían potencialmente ser copiadas. Sin embargo, los datos biométricos no se almacenan como tales, es decir, no se almacena la huella o una imagen del rostro ni una copia de la huella, sino que se guardan como datos encriptados y desagregados, por lo que en el improbable caso de que sean robados, no se pueden volver a utilizar.
En tercer lugar, hay que reconocer que ningún sistema es perfecto. Los sistemas biométricos pueden, ocasionalmente, cometer errores, autenticando incorrectamente a una persona no autorizada (falso positivo) o negando el acceso a una persona autorizada (falso negativo). Pero esto es altamente improbable, ya que la tecnología avanzada de verificación de la identidad no solo verifica un elemento, sino que utiliza una combinación de factores para validar a la persona, haciéndola más eficiente y fiable, además de mucho más segura. Es mucho más probable tener problemas con el uso de contraseñas que con el acceso biométrico.
¿Para qué usamos la Biometría?
La biometría se puede utilizar en muchísimos sectores y acciones, tanto a nivel personal como profesional. Las más habituales hasta el momento son:
- Desbloquear teléfonos inteligentes y aplicaciones. De hecho, muchos smartphones ya incorporan esta posibilidad de serie tanto para el propio dispositivo como para apps o para realizar pagos.
- La mayoría de instituciones financieras utilizan la biometría para autenticar transacciones, acceder a cuentas y proteger contra fraudes.
- La biometría se usa desde hace tiempo en sistemas de control de acceso en oficinas, edificios gubernamentales y otros lugares que requieren alta seguridad.
- Las agencias de seguridad utilizan la biometría para identificar a sospechosos y mejorar la vigilancia y la seguridad.
Dadas sus amplias aplicaciones, además de la comodidad y la seguridad que aporta en los procesos digitales, podemos dar por seguro que la biometría continuará evolucionando y consolidándose. Además, la integración de la biometría con otras tecnologías, como el blockchain, ofrece niveles de seguridad sin precedentes.
En resumen, la biometría no solo es una solución más segura, sino también más práctica para la autenticación y protección de datos en nuestro mundo digital. Aunque no está exenta de desafíos, su capacidad para proporcionar una identificación segura y conveniente la convierte en una alternativa mucho más eficaz y segura a las contraseñas tradicionales. Así, a medida que la tecnología avanza, es probable que veamos un uso aún mayor de soluciones biométricas en nuestras vidas diarias, mejorando la seguridad y simplificando la manera en que interactuamos con la tecnología.
En resumen
La biometría no solo es una solución más segura, sino también más práctica para la autenticación y protección de datos en nuestro mundo digital. Aunque no está exenta de desafíos, su capacidad para proporcionar una identificación segura y conveniente la convierte en una alternativa mucho más eficaz y segura a las contraseñas tradicionales.
Así, a medida que la tecnología avanza, es probable que veamos un uso aún mayor de soluciones biométricas en nuestras vidas diarias, mejorando la seguridad y simplificando la manera en que interactuamos con la tecnología.